María Vicenta Borges Bartutis, Universidad de la Habana, Cuba
Abracé la idea de mi colega y amigo Manuel Rivero de integrar un panel respondiendo a la convocatoria del Congreso de Antropología de Canadá (CASCA-CUBA) en Santiago de Cuba. El tema para el debate “Contrapunteo” fue genial. Disfruté mi tiempo en CASCA-CUBA, lo aproveché al máximo, conocí personas maravillosas y compartí lindos momentos.
El primer día en la acreditación el rostro de Carla cuando mi amiga Teresa le dijo que quería estar en el almuerzo de mujeres; al otro día en la piscina del hotel ya tenía el ticket de mi amiga ¡qué operativo el equipo de Alexandrine!
Después fuimos al pre-coctel de bienvenida Manuel, Teresa y yo. Compartimos la mesa con las bellas Iraníes la pasamos súper.
Al otro día en el coctel de bienvenida me reí a carcajadas con María del Carmen cuando retrocedíamos e invitábamos a los otros a bailar con la Tumba francesa.
Cuando paró la música se acercó un señor, el cual muy alegre me dijo en un perfecto español que no sabía bailar, pero que se había sentido muy emocionado haciéndolo. También me dijo que no hablaba español desde la secundaria, pero hubo un momento en el que su amigo interrumpió nuestra charla y él con una malicia no disimulada me dijo “se te colaron.” Solté una risa estrepitosa, porque como lingüista no daba crédito a su forma de hablar tan natural, carismática, i espontánea sin cometer errores después de estar tanto tiempo, según él, sin hablar español.
Cuando me retiraba del lugar fui a despedirme de Manuel, él hablaba con Carolina, linda y extraordinaria mujer. Es una lástima no le dejé mi contacto, la encontré en varias ocasiones en las que también intercambiamos puntos de vista sobre su país.
El día del almuerzo de mujeres conocí a Heather, mujer con una apariencia un poco tímida, al principio, pero en la guagua intercambiamos opiniones y puntos de vista realmente interesantes y apetitosos.
Los temas de las ponencias y de los eventos resultaron muy oportunos, interesantes y adecuados al momento histórico que vive el país. Compartí con los santiagueros y con Mercedes, una profesora de la Universidad de Oriente que integró nuestro panel, ahora es mi amiga. Cuando terminamos de exponer fue triste escuchar la noticia de la caída del avión en La Habana.
El día de la fenomenal cena en San Pedro me encontré cuando llegué para tomar la guagua con Christine, lingüista, especialista en el creole del pacífico. Me contó que andaba con sus estudiantes y su esposo que resultó ser el carismático señor del coctel de bienvenida; me gustaría contactarlos para hermanar un proyecto que necesito implementar.
En ese momento, llegó la guagua y fuimos para el hotel Santiago. Allí me encontré otra vez con mi amiga Carolina que insistió en regalarme una memoria flash como recuerdo, gesto que agradecí infinitamente, pues la necesitaba para guardar información para mi tesis de doctorado. Más tarde en San Pedro, compartí con Gloria Rolando, un ícono del tema de la negritud y de la cinematografía en Cuba, fue un bello e inolvidable momento.
Cené con Mercedes, el matrimonio de Guantánamo e investigadores de Escocia, de Chile, de Canadá, la pasamos bien realmente.
Cuando terminó CASCA-CUBA aproveché y fui al Cobre, allí encontré a miembros de CASCA; mire usted, como a todos les gusta ir a pedirle a la patrona de Cuba, sin embargo, lamenté no ir al cementerio de Santa Ifigenia (Manuel y Teresa sí fueron). Bueno será en otro momento me queda pendiente ponerle una flor al eterno cubano, Fidel.
De regreso a La Habana cuando chequeaba para abordar el ómnibus de Transtur me encontré con una pareja brasilera que había conocido en CASCA-CUBA pasamos las de Caín; esos choferes (El chino y Andy) mancillaron nuestros derechos de pasajeros. Llegué con dos ladrillos en lugar de pies extremadamente cansada, pero feliz de haberme encontrado con colegas de diferentes lugares de Cuba y del mundo que cooperan con intereses investigativos.
Diseñé un proyecto “Prosperidad (virtud + amor a la identidad),” el cual constituye una alternativa para la enseñanza de español como lengua extranjera y al mismo tiempo una guía que invita a un recorrido por nuestra riqueza cultural, geografía e idiosincrasia; sería conveniente encontrar colegas que me colaboren con su implementación.
Por lo demás, realmente CASCA-CUBA fue algo apreciable en mi vida profesional, por ello me gustaría reconocer a sus organizadores en Santiago de Cuba, en especial a Alexandrine Boudreault-Fournier tan atenta y ocupada y sólo pedir que se repita. Muchas gracias también a Andrea, la chilena que tan gentilmente tomó las fotos mientras exponíamos. Nos vemos en la próxima temporada.